El título de este poema de Luis Alberto de Cuenca, que forma parte de la serie «Seis poemas de amor» de su poemario El otro sueño, remite, claro está, a los conocidos Sonetos del amor oscuro de García Lorca, si bien aquí la leve modificación nominativa cambia completamente el sentido del texto: ya no se trata ahora de un “amor oscuro” (valga decir ʽproblemático, prohibido…ʼ), sino de un “amor de oscuro”, cuyo significado exacto se explicita en los versos 10-11 («date una vuelta por la lencería / y salpica tu piel de seda oscura») y 13 («si me asaltas de negro, vida mía»).
Cabe recordar que cuando el poema se publicó por primera vez (El otro sueño, Sevilla, Renacimiento, 1987, pp. 14-15, libro que incluye poemas de los años 1984-1986), el poema figuraba bajo otro epígrafe: «El poeta a su atracadora, pidiéndole que vuelva sucintamente vestida de negro». Es a raíz de su inclusión en la antología Poesía 1970-1989 (Sevilla, Renacimiento, 1990, p. 156) cuando se opera el cambio de título. El tono paródico del poema de Luis Alberto de Cuenca con relación al hipotexto lorquiano lo explica así Javier Letrán:
El «Soneto del amor de oscuro» parodia desde el título el dado póstumamente a la serie de sonetos lorquianos, y subvierte desde el contenido uno de estos sonetos en particular, cuyo título barroquizante («El poeta pide a su amor que le escriba») está presente en el título princeps del poema luisalbertiano («El poeta a su atracadora, pidiéndole que vuelva sucintamente vestida de negro»). El tema de la esquivez de la persona amada se mantiene junto al del erotismo en ambos textos, pero el sentido y la actitud del poema postmoderno no son mistificadores, sino más bien todo lo contrario: el “amor oscuro” sanjuaniano, se transforma ahora paródicamente en el “amor de oscuro” lusialbertiano, salpicado de fetichismo con mínimas prendas de lencería de seda oscura[1].
Este es el texto del soneto:
La otra noche, después de la movida,
en la mesa de siempre me encontraste
y, sin mediar palabra, me quitaste
no sé si la cartera o si la vida.Recuerdo la emoción de tu venida
y, luego, nada más. ¡Dulce contraste,
recordar el amor que me dejaste
y olvidar el tamaño de la herida!Muerto o vivo, si quieres más dinero,
date una vuelta por la lencería
y salpica tu piel de seda oscura.Que voy a regalarte el mundo entero
si me asaltas de negro, vida mía,
y me invaden tu noche y tu locura[2].
[1] Javier Letrán, La poesía posmoderna de Luis Alberto de Cuenca, Sevilla, Renacimiento, 2005, p. 114. Para la condición paródica de este y otros poemas del autor, ver también Javier Gómez-Montero, «Praxis de la parodia en Poesía (1970-1989) de Luis Alberto de Cuenca», en Túa Blesa et al. (eds.), Actas del IX Simposio de la Sociedad Española dde Literatura general y Comparada, vol. II, La parodia. El viaje imaginario, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 1994, pp. 133-151.
[2] Cito por Luis Alberto de Cuenca, Los mundos y los días. Poesía 1970-2005, 4.ª ed., Madrid, Visor Libros, 2012, p. 148.