En 1808 —año en que José de Espronceda el más destacado poeta romántico español— viene al mundo, en España está a punto de comenzar la guerra de la Independencia: este conflicto bélico, que tuvo como objetivo expulsar a las tropas napoleónicas invasoras de la península, fue el primero de los muchos que protagonizaría España durante el siglo XIX: a este debemos sumar las continuas luchas entre absolutistas y liberales, los movimientos de Independencia de los territorios americanos, las sucesivas guerras carlistas (especialmente en los años 30 y en los 70) o la guerra de Marruecos, hasta culminar el siglo con el Desastre de 1898, que supuso la pérdida de los últimos restos del imperio colonial (Cuba, Puerto Rico y Filipinas).
Todo el siglo XIX español (y en concreto su primera mitad) se encuentra marcado por una fuerte agitación política y literaria. En política se asiste a una prolongada confrontación entre conservadores (partidarios del absolutismo y el Antiguo Régimen) y liberales (progresistas que abogan por un nuevo modelo de Estado y de sociedad). Algo similar sucede en literatura, con la lucha entre Clasicismo y Romanticismo. En este sentido, interesa destacar que el triunfo del liberalismo en política viene a coincidir con el triunfo del Romanticismo en literatura, en los años 30 de la centuria. Triunfo que no es pleno, pues en esos años las tendencias neoclásicas e ilustradas seguirán vigentes; y si bien hay autores que, tras unos comienzos neoclásicos, evolucionarían hasta postulados románticos, en muchos otros se impone el eclecticismo o mezcla de características de ambas tendencias literarias.
Recordaremos a continuación, de forma esquemática, los hitos esenciales que jalonan el acontecer histórico-político en España en la primera mitad de siglo[1]:
- 1808-1814 Guerra de la Independencia. En 1812, los liberales proclaman en las Cortes de Cádiz una Constitución muy progresista para la época: derechos individuales frente al Estado, libertad de conciencia, de reunión y de expresión, etc.
- 1814 Regreso de Fernando VII. Inicio de la época absolutista de su reinado (1814-1820).
- 1820 Pronunciamiento del general liberal Riego.
- 1820-1823 Trienio Liberal.
- 1823-1833 La «Ominosa década», con la vuelta al absolutismo fernandino más radical. El año 1824, con la batalla de Ayacucho, marca el final de la dominación española en América.
- 1833 Tras la muerte de Fernando VII, comienza la primera guerra carlista (que enfrenta a los absolutistas, partidarios de Carlos María Isidro de Borbón, Carlos V, hermano de Fernando VII, con los liberales, que apoyan a la infanta niña Isabel), que durará hasta 1839. Se inicia el reinado de Isabel II, con la regencia de María Cristina, dada su minoría de edad.
- 1834-1836 Ataques y asaltos a conventos. Disolución de las órdenes religiosas. Leyes desamortizadoras de los bienes de la Iglesia propuestas por Mendizábal.
- 1837 Nueva Constitución liberal.
- 1839 Abrazo de Vergara entre Espartero y Maroto, que pone fin a la guerra en el norte.
- 1843 Fin de la regencia de Espartero. Con catorce años, Isabel II es declarada mayor de edad[2].
[1] Los datos políticos correspondientes a esta época pueden verse de forma más completa en Mariano José de Larra, Artículos. Antología, edición a cargo de Gabriel Insausti, Madrid, Cooperación Editorial, 2002 (col. Clásicos Populares, 2), pp. 8-24.
[2] Esta entrada está extractada de la introducción a José de Espronceda, El estudiante de Salamanca, ed. de Mariela Insúa Cereceda y Carlos Mata Induráin, Madrid, Cooperación Editorial, 2005 (col. Clásicos Populares, 14). Considérese, por tanto, el texto como coautoría de Insúa y Mata.