Como lectura para conmemorar este 18 de septiembre, Fiestas Patrias en Chile, selecciono un fragmento del Canto general de Neruda. Corresponde al pasaje final de la parte I del poemario, «La lámpara en la tierra»:
En el fondo de América sin nombre
estaba Arauco entre las aguas
vertiginosas, apartado
por todo el frío del planeta.
Mirad el gran Sur solitario.
No se ve humo en la altura.
Sólo se ven los ventisqueros
y el vendaval rechazado
por las ásperas araucarias.
No busques bajo el verde espeso
el canto de la alfarería.Todo es silencio de agua y viento.
Pero en las hojas mira el guerrero.
Entre los alerces un grito.
Unos ojos de tigre en medio
de las alturas de la nieve.Mira las lanzas descansando.
Escucha el susurro del aire
atravesado por las flechas.
Mira los pechos y las piernas
y las cabelleras sombrías
brillando a la luz de la luna.Mira el vacío de los guerreros.
No hay nadie. Trina la diuca
como el agua en la noche pura.Cruza el cóndor su vuelo negro.
No hay nadie. Escuchas? Es el paso
del puma en el aire y las hojas.No hay nadie. Escucha. Escucha el árbol,
escucha el árbol araucano.No hay nadie. Mira las piedras.
Mira las piedras de Arauco.
No hay nadie, sólo son los árboles.
Sólo son las piedras, Arauco.
(Cito por Pablo Neruda, Canto general, edición y notas de Hernán Loyola, prólogo de Julio Ortega, Barcelona, Random House Mondadori, 2003, pp. 38-39.)