Como otros escritores de su época, Francisco Navarro Villoslada[1] distribuirá su tiempo y sus preferencias entre la literatura, el periodismo y la política. En 1846 conoce a una joven vitoriana llamada Teresa de Luna, con la que contrae matrimonio tras un breve noviazgo. Por el delicado estado de su esposa, trasladan su residencia a Vitoria, donde Navarro Villoslada tendrá el cargo de secretario del Gobernador Civil de Álava. Por estas fechas, su nombre empieza a sonar en los círculos literarios por la publicación de sus dos primeras novelas históricas, Doña Blanca de Navarra (1847) y Doña Urraca de Castilla (1849), y lo mismo en los de la vida política, asociado al de otros personajes del partido moderado.
En 1851 muere su mujer: aunque era todavía joven, y le dejaba con dos hijas pequeñas, el escritor de Viana no volvió a casarse. Decide entonces regresar a Madrid. Entre 1853 y 1869 retorna a la actividad periodística, relegando a un segundo plano su faceta como literato (solo publica y estrena algunas piezas de teatro), y comienza a figurar también en la política con cargos públicos. Durante el bienio progresista (1854-1856) colabora en el periódico satírico El Padre Cobos, junto a González Pedroso, Garrido, López de Ayala, Selgas y Suárez Bravo.
En 1856 entra en el Ministerio de la Gobernación; será sucesivamente oficial de los terceros, de los segundos y de los primeros. Al año siguiente es elegido diputado por el distrito de Estella. Es nombrado además director de la Gaceta de Madrid y de la administración de la Imprenta Nacional. Comisionado por el gobierno, realiza en 1857-1858 un viaje para estudiar el estado de las imprentas nacionales en Francia y Austria.
[1] Para este autor ver Carlos Mata Induráin, Francisco Navarro Villoslada (1818-1895) y sus novelas históricas, Pamplona, Gobierno de Navarra (Dpto. de Educación, Cultura, Deporte y Juventud-Institución Príncipe de Viana), 1995; «Francisco Navarro Villoslada (1818-1895). Político, periodista, literato», Príncipe de Viana, Anejo 17, 1996, pp. 259-267; y «Navarro Villoslada, periodista. Una aproximación», Príncipe de Viana, año LX, núm. 217, mayo-agosto de 1999, pp. 597-619. Y para el contexto de la novela histórica romántica, remito a Carlos Mata Induráin, «Estructuras y técnicas narrativas de la novela histórica romántica española (1830-1870)», en Kurt Spang, Ignacio Arellano y Carlos Mata (eds.), La novela histórica. Teoría y comentarios, Pamplona, Eunsa, 1995, pp. 145-198; 2.ª ed., Pamplona, Eunsa, 1998, pp. 113-151.