En definitiva, el Ensayo sobre la novela histórica de Amado Alonso constituye, como ya señalaba en una entrada anterior, una de las principales aportaciones teóricas al análisis de este peculiar subgénero narrativo y, evidentemente, en sus páginas se recogen otros planteamientos valiosos: ideas sobre la relación entre tragedia, epopeya y novela; una breve «Historia de la novela histórica» (pp. 53-72)[1], con especial atención a las obras de Walter Scott; apuntes sobre los momentos de crisis del género, etc.
En estas entradas solamente pretendía presentar de forma quintaesenciada sus principales aportaciones teóricas, como la pareja de dicotomías historia / arqueología e historia / poesía, su concepto de «perspectiva de monumentalidad» o su visión del subgénero como posible cristalización entrañable de un modo excepcionalmente valioso de sentir la vida; conceptos e ideas que, pese a su ya lejana formulación en 1942, siguen teniendo todavía plena vigencia a la hora de analizar las producciones que se engloban bajo la etiqueta general de «novela histórica».