Continuamos la serie de evocaciones poéticas de don Miguel de Cervantes con este soneto escrito en alejandrinos del poeta chileno Washington Espejo, el cual se publicó el 12 de octubre de 1947 (año del centenario del natalicio del escritor) en el periódico La Nación de Santiago de Chile. Washington Espejo (1884-1952), poeta y contador que fue director de la revista En viaje, es autor de algunos libros como los titulados Del largo camino (1938), Canto al romance castellano (1939), Canto perdido (1942), Nada nuevo (1944), Poemas del hombre (1945) y Sonetos (1945). Su poema dedicado a Cervantes insiste en ideas tópicas bien conocidas: pobreza, cautiverio, amargos sinsabores, falta de recompensas por los servicios prestados, que no le impidieron a este «Moisés del castellano» (v. 14) escribir la Biblia del español, en la que sus dos personajes centrales, don Quijote y Sancho Panza, quedan convertidos en resumen antagónico y complementario de lo ideal y lo pragmático que anida en el alma del ser humano. El soneto reza así:
¡Oh, Miguel de Cervantes, señor desconocido,
en Alcalá de Henares, en Lepanto en Argel!
Porque ibas a la gloria, te retrató el olvido;
fue preciso el acíbar para la eterna miel.De sueños coronado, de la pobreza ungido,
cada esperanza tuyo tuvo una risa cruel.
Venciste el cautiverio, mutilado, rendido,
… y tu patria tampoco miró al soldado fiel.¡Oh, Miguel de Cervantes, gran errabundo triste!
En celda de injusticia, como ruin o liviano,
tu Quijote y tu Sancho… con qué dolor sentiste!Y al partir en sus almas lo real del ser humano,
la Biblia de tu idioma con tu gracia escribiste,
¡gran Miguel de Cervantes! ¡Moisés del castellano![1]
[1] Tomo el texto de Juan Uribe-Echevarría, Cervantes en las letras hispano-americanas (Antología y crítica), Santiago de Chile, Ediciones de la Universidad de Chile, 1949, p. 158.