El Divino Impaciente[1] se presenta bajo el subtítulo de Poema dramático en verso, dividido en un prólogo, tres actos y un epílogo. Es una pieza bastante extensa y, como se indica en las ediciones impresas, «por necesidades de adaptación escénica, [el texto] se representa con notables abreviaciones». Examinemos someramente la acción. El Prólogo ocurre en el Colegio de Santa Bárbara de París. Varios estudiantes comentan la expansión portuguesa y española por el mundo, lo que da pie para que apunte ya el carácter ambicioso de Javier, quien siente envidia de no haber sido el primero en llegar a las Indias. Después, los estudiantes traman una burla a Javier y al «santón cojitranco de Loyola», introduciendo una mujer en el colegio. Ignacio comenta que espera «milagros de santidad» por parte de Javier si es capaz de domar su vanidad. Asimismo, se anticipan ya aquí los futuros roces entre Javier y Atayde.
La acción del Acto I ocurre en Roma, en la Casa de la Compañía de Jesús. Se decide que Javier irá como misionero con Mascareñas por la enfermedad de Bobadilla. Destaca el famoso romance de los consejos que ofrece Ignacio a Javier antes de partir, parlamento que comienza «Yo te bendigo, Javier…».
El Cuadro Primero del Acto II nos traslada a Lisboa, al Palacio Real. Atayde también quiere ir a la India, lo que sirve para plasmar la oposición entre los motivos que guían a los misioneros y a los mercaderes. Se da la noticia de que Javier ha sido nombrado Nuncio Apostólico de Su Santidad y se introduce la trama amorosa relacionada con Leonor, la prometida de Atayde (Javier lo obliga a que se case con ella antes de partir). El Cuadro Segundo nos sitúa en Malaca y en él apuntará el carácter seductor del Oriente. Por el diálogo inicial se nos informa de la llegada del santo a la India y de sus primeras misiones, en las que se ayuda de los niños para extender su predicación; más tarde se nos refiere el milagro consistente en la resurrección de un niño. Sigue, por otra parte, su enfrentamiento con Atayde (de nuevo la oposición misioneros/mercaderes, que recorre la obra a modo de leitmotiv), quien planifica una trampa para acabar con el jesuita.
El Cuadro Primero del Acto III ocurre en Macassar: Javier dialoga con el jefe indio encargado de asesinarlo, según el plan ideado por Atayde, y debate también con un brahmán: según enseña, todos los indios, sean parias o brahmanes, son iguales. Tras lograr desenmascarar a Atayde, predica su mensaje evangélico entre los indios. El Cuadro Segundo (que se suprime en la representación) se ambienta en el muelle de Malaca y nos muestra a Javier a punto de marchar hacia Japón, mientras que en el Cuadro Tercero el autor nos lo presenta ya en Funay: los jesuitas se enfrentan a los bonzos japoneses y aparecen dispuestos al martirio.
En fin, el Epílogo traslada la acción al Castillo de Javier, en Navarra, pero el dramaturgo crea a través de la iluminación otro espacio dramático, que es la playa de Sanchón, donde tiene lugar la muerte del santo[2].
[1] Cito por la edición de Pamplona, Fundación Diario de Navarra, 2003, con prólogo de Alfredo López Vallejos.
[2] Ver para más detalles Carlos Mata Induráin, «San Francisco Javier en el teatro español del siglo XX: Volcán de amor (1922) de Vallejos y El divino impaciente (1933) de Pemán», en Ignacio Arellano, Alejandro González Acosta y Arnulfo Herrera (eds.), San Francisco Javier entre dos continentes, Madrid / Frankfurt am Main, Iberoamericana / Vervuert, 2007, pp. 133-150.