Francisco de Ávila es un ingenio secundario dentro del panorama literario del siglo XVII. Él mismo, al final del entremés que nos ocupa, se declara «natural y vecino de Madrid»[1]. Es autor, entre otras obras, de Villancicos y coplas curiosas (1606), Loa en alabanza de las mujeres feas (1615) y el Entremés famoso del mortero y chistes del sacristán. Fue recopilador de la Flor de las comedias de España de diferentes autores (1615), y se le concedió el privilegio para imprimir la VII y VIII parte de las Comedias de Lope de Vega[2]. Según declara La Barrera, el Entremés «bastó para dar nombradía» al autor y, ciertamente, si Ávila ocupa hoy un lugar en las historias de la literatura es, sin duda, por esta obrita que toma como punto de partida el Quijote.
En cuanto al panorama textual del entremés, tras publicarse en 1617 fue reimpreso en Verdores del Parnaso por Gil de Armesto y Castro (Pamplona, 1697), donde se presentaba como mojiganga. Se publicó suelto en 1846 (Madrid, imprenta de la Viuda de Calero). Fue reeditado en 1905, con motivo del III Centenario del Quijote, por Felipe Pérez Capo, quien indicaba que lo ponía en circulación como documento histórico o curiosidad bibliográfica. Está incluido en la Colección de entremeses… de Emilio Cotarelo y Mori (1911). En fin, más recientemente lo publicó, en 1978, Luciano García Lorenzo en la sección «Scripta rediviva» de Anales Cervantinos[3]; y hay también una edición del año 2005 a cargo de Carlos Mata Induráin[4].
Por lo que toca a su datación, Pérez Capo escribe:
Lógico es suponer que el entremés de Francisco de Ávila sería escrito mucho antes [de su publicación en 1617], aunque tampoco pueda determinarse con exactitud su antigüedad, porque en el mencionado tomo hay comedias de Lope escritas en distintos años, y algunas anteriores a la publicación de la primera parte de Don Quijote. La índole de la obrilla permite creer, sin embargo, que sería escrita a raíz de aquella publicación y aprovechando el grandísimo éxito que, desde luego, tuvo la novela de Cervantes[5].
Pérez Capo parece referirse a la publicación de la Primera parte en 1605. Por lo que a mí respecta, me inclino a creer que es posterior a 1615. Los tres detalles que apuntaba en una entrada anterior revelan, en mi opinión, la influencia clara de la Segunda parte[6].
[1] A título de curiosidad, recordaré que el entremés se ha representado en Pozuelo de Alarcón (Madrid), en abril de 2005, a cargo de la Compañía «Grupo Ateneo de Pozuelo», bajo la dirección de Alberto López Gimeno, con motivo de la entrega de premios del II Concurso de Cuento Corto del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón.
[2] Ver Emilio Cotarelo y Mori, Colección de entremeses, loas, bailes, jácaras y mojigangas, Madrid, Bailly-Baillière (BAE, tomo XVII), 1911, p. LXIX; y María Francisca Vilches de Frutos, «Don Quijote y el Entremés famoso de los invencibles hechos de don Quijote de la Mancha, de Francisco de Ávila: dos exponentes del paso de la novela al entremés a través de la parodia», Criticón, 30, 1985, p. 185, nota 4.
[3] Luciano García Lorenzo, «Entremés famoso de los invencibles hechos de don Quijote de la Mancha de don Francisco de Ávila», Anales Cervantinos, XVII, 1978.
[4] Carlos Mata Induráin, «Entremés famoso de los invencibles hechos de don Quijote de la Mancha», en Ignacio Arellano (ed.), Leyendo el «Quijote». IV Centenario de la publicación de «Don Quijote de la Mancha», número monográfico de Príncipe de Viana, año LXVI, núm. 236, septiembre-diciembre 2005, pp. 935-945. Cito el entremés por esta edición, con algunos ligeros retoques. Las citas del Quijote son por: Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. del Instituto Cervantes dirigida por Francisco Rico, Barcelona, Instituto Cervantes / Crítica, 1998, 2 vols.
[5] Felipe Pérez Capo, El «Quijote» en el teatro. Repertorio cronológico de 290 producciones escénicas relacionadas con la inmortal obra de Cervantes, Barcelona, Editorial Millá, 1947, p. 12 habla del «extraño e injustificado título de Los invencibles (¡!) hechos de Don Quijote de la Mancha». En el texto del entremés encontramos reiterado ese mismo adjetivo: «reales y invencibles ceremonias» (v. 280), con el significado de ‘insuperables, prodigiosas’.
[6] Ver para más detalles Carlos Mata Induráin, «Don Quijote salta al teatro breve: el Entremés famoso de los invencibles hechos de don Quijote de la Mancha, de Francisco de Ávila», en Germán Vega García-Luengos y Rafael González Cañal (eds.), Locos, figurones y quijotes en el teatro de los Siglos de Oro. Actas selectas del XII Congreso de la Asociación Internacional de Teatro Español y Novohispano de los Siglos de Oro, Almagro 15, 16 y 17 de julio de 2005, Almagro, Festival de Almagro / Universidad de Castilla-La Mancha, 2007, pp. 299-313. Esta entrada forma parte de los resultados de investigación del Proyecto «Identidades y alteridades. La burla como diversión y arma social en la literatura y cultura del Siglo de Oro» (FFI2017-82532-P) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades del Gobierno de España (Dirección General de Investigación Científica y Técnica, Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia).