Este otro poema de Juan Ramón Jiménez, perteneciente a su libro Baladas de primavera (1907), no es una evocación directa del personaje de Preciosa, pero sí va encabezado a modo de lema con unos versos del soneto a ella dedicado en La gitanilla[1]:
BALADA DE LA MUJER MORENA Y ALEGRE
Cuando Preciosa el panderete toca,
y hiere el dulce son los aires vanos,
perlas son que derrama con las manos,
flores son que despide con la boca.
CERVANTES, La gitanilla.Carne de música, rosal de sangre loca,
sol con estrellas, manzana matutina,
¡pon en mi boca las rosas de tu boca,
tu boca roja de sol y coralina!Ábrete toda como una dulce fruta,
llena de rizos al pino de tu palma,
¡pon, africana, sobre mi amarga ruta,
la sombra fresca del pozo de tu alma!Mi hogar espera la luz de tu tesoro,
carne de bronce, de seda y de topacio;
¡dórame todo con tu esplendor de oro,
mujer, abierta lo mismo que un palacio!Luz, pandereta, cristal en flor, granada,
agua de azul, mariposa florecida,
¡quita con una sonora carcajada
las flores secas del libro de mi vida!Quédate en mí, soy pobre y soy poeta,
huyó en mi blanco pegaso la fortuna,
y quiero oír tu alegre pandereta
cuando florezca la nieve de la luna…Agua, amapola, rosal de sangre loca,
vida de música, gitana cristalina,
¡dale a mi boca la fruta de tu boca,
tu boca roja de sol y coralina!
[1] Cito por Juan Ramón Jiménez, Baladas de primavera: 1907, texto preparado por Javier Blasco, prólogo de Claribel Alegría, Huelva, Visor Libros, 2008, pp. 53-54.