El poema «A la rosa» de Francisco de Rioja

Otro texto que vuelve sobre los mismos tópicos del desengaño barroco (cercanía del nacimiento y la muerte, carácter efímero de toda belleza, etc.) es el conocido poema «A la rosa» del sevillano Francisco de Rioja (1583-1659). Poco es lo que se puede añadir a lo ya comentado a propósito de otros poemas, salvo la equiparación aquí de la rosa con la llama y con el dios Amor; o la indicación que aporta Blecua en nota a los vv. 19-20: «Alude a la conversión de las rosas blancas en rojas por la sangre de Venus».

Rosa de fuego

Pura, encendida rosa,
émula de la llama
que sale con el día,
¿cómo naces tan llena de alegría
si sabes que la edad que te da el cielo
es apenas un breve y veloz vuelo,
y ni valdrán las puntas de tu rama
ni tu púrpura hermosa
a detener un punto
la ejecución del hado presurosa?
El mismo cerco alado,
que estoy viendo rïente,
ya temo amortiguado,
presto despojo de la llama ardiente.
Para las hojas de tu crespo seno
te dio Amor de sus alas blandas plumas,
y oro de su cabello dio a tu frente.
¡Oh fiel imagen suya peregrina!
Bañote en su color sangre divina
de la deidad que dieron las espumas;
y esto, purpúrea flor, esto ¿no pudo
hacer menos violento el rayo agudo?
Róbate en una hora,
róbate silencioso su ardimiento
el color y el aliento.
Tiendes aún no las alas abrasadas
y ya vuelan al suelo desmayadas.
Tan cerca, tan unida
está al morir tu vida,
que dudo si en sus lágrimas la Aurora
mustia tu nacimiento o muerte llora[1].


[1] Cito por José Manuel Blecua, Poesía de la Edad de Oro, II, Barroco, Madrid, Castalia, 2003, pp. 250-251, con alguna leve modificación en la puntuación.

4 comentarios en “El poema «A la rosa» de Francisco de Rioja

  1. Este poema , a pesar de la similitud del tema con otros sobre la brevedad de la vida y de la belleza, a mí me parace único. Creo que recoje toda la belleza de los anteriores y la potencia al máximo. Sin embargo me costaría decir por qué, ya que me deja en suspensión total. Lo intento .En primer lugar la utilización de una estrofa que se presta al desarrollo del tema, más extensa que un soneto, hace que se pueda recrear con distintos ritmos y en metáforas nuevas , dada la fluidez de los endecasílabos y eptasílabos y que el escritor puede desarrollar mejor su pensamiento. En segundo lugar , como bien dices, la llama, el color rojo de la rosa recuerda a la consunción total, al fuego ( o también al incendio que reduce lo vivo a cenizas) metáfora religiosa también de la vida humana. Hay otra novedad y es la alusión al vuelo, algo distinto de los tópicos anteriores ; «breve y veloz vuelo»»cerco alado»»de sus alas blandas plumas»»alas abrasadas» Debajo de todas esas metáforas hay una imagen que el lector vuelve a recordar , Dédalo e Icaro, el sueño de volar, de escapar del laberinto que el ardimiento del sol trunca. Son metáforas relativas al vuelo , el deseo del alzarse; y a la inutilidad del esfuerzo humano por escapar de su hado, de su destino.

  2. Gracias, Carlos, lo cierto es que tú eres el experto que controla todo, yo me acerco por la emoción En realidad esta crítica no es académica, porque ni nombre el mito de Dedalo. no podría decirlo en una crítica académica; sí, como dice Eco, en una obra abierta . Porque todas las metáforas me sugieren el mito, por eso la resonancia es más fuerte, llega hasta los inicios de la Literatura. Y es que yo creo que en poesía el lenguaje connotativo va más allá incluso que la racionalización del propio escritor. ¿Sabría Rioja que el lector al leer «alas blandas plumas» o «alas abrasadas»? iba a recordar el mito. Creo que no, la intuición poética va más allá de la razón.

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