Del argentino Emilio Breda ya había traído al blog, en alguna ocasión anterior, su «Villancico del marinero». Para este día de Nochevieja transcribo su «Villancico del incendio y el campanero», un sencillo poema (un romancillo —versos hexasílabos— con rima é o y forma dialogada), que reza así[1]:
—Toca las campanas,
tú, buen campanero.Toca las campanas.
Salgan los bomberos.En ese pesebre
se ha encendido un fuego.Grita el buey y el asno
entre los lucerosCorren los pastores.
Corren los corderos.Aplaude el palmar.
Saltan los camellos.Las uvitas gimen
entre los viñedos.Las olivas ríen
en el árbol viejo.Los trigales danzan
la danza del viento.—Tú calla y escucha
la voz de los vientos.—No, no es esa luz
la luz de un incendio.Es la luz de un Niño,
de un niño pequeño,que redime al mundo
con su triste sueño.—Toca las campanas,
tú, buen campanero.Toca las campanas
por el Niño Bueno.Toca las campanas
por el mensajero.Toca las campanas
por el Carpintero.Toca las campanas
también por sus celos[2].Toca las campanas,
tú, buen campanero.Toca por la Virgen
y Gabriel partero[3].
[1] Tomo el texto de Nos vino un Niño del cielo. Poesía navideña latinoamericana del siglo XX, introducción y selección de poemas por Miguel de Santiago y Juan Polo Laso, Madrid, EDIBESA, 2000, pp. 247-248.
[2] por el Carpintero … por sus celos: el Carpintero es José, y sus dudas ante el embarazo de María constituyen un motivo tradicional en la poesía de Navidad. Véase, por ejemplo, el «Villancico de los qué dirán» de Antonio Murciano.
[3] Gabriel partero: el arcángel san Gabriel es el encargado de la Anunciación a María («Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús…», Lucas, 1, 31-33). Aquí, festivamente, se le asocia al parto.
Feliz Año Nuevo! Gracias por tan hermosas aportaciones. Mi abrazo.
¡Muchas gracias, Julie, por tus palabras y por tu fidelidad al blog! Lo mismo te deseo: ¡muy feliz Año Nuevo y todo lo mejor en el 2020! Abrazos desde Barañáin.