La comedia burlesca «La venida del duque de Guisa con su armada a Castelamar»: el reto y contra-reto ridículos

Se trata de un paradigma compositivo que también aparece con cierta frecuencia en las comedias burlescas[1]. El ejemplo más logrado lo tenemos, seguramente, en los vv. 1610-1645 de El rey don Alfonso, el de la mano horadada, pasaje en el que la mora Zara reta al rey cristiano don Alfonso en lo que constituye una acabada parodia del famoso reto de don Diego Ordóñez de Lara a la ciudad de Zamora, quien para que absolutamente nadie quedase excluido del mismo, enumeraba diversos elementos que podían haber coadyuvado en la muerte a traición del rey don Sancho. El listado, ya de por sí exagerado en los versos del Romancero, se intensifica en la comedia burlesca, «distribuyéndose en ocho series: comidas, partes del cuerpo humano, vestidos, armas, elementos de la naturaleza, flores y plantas, objetos de cocina y una última englobadora de todos»[2].

Arias Gonzalo acepta el reto de Diego Ordóñez de Lara. desde un torreón de las murallas de Zamora. Pintura mural de Daniel Bedate (Toro, 1905-Madrid 1976). Despacho del Secretario del Ayuntamiento de Zamora.
Arias Gonzalo acepta el reto de Diego Ordóñez de Lara. desde un torreón de las murallas de Zamora. Pintura mural de Daniel Bedate (Toro, 1905-Madrid 1976). Despacho del Secretario del Ayuntamiento de Zamora.

Luego, en los vv. 1654-1689, sigue el “desreto” del Cid, en el que se utilizan las mismas ocho series de elementos que entraron en el reto, y que empieza así:

CID.- Y ansí cuanto tú has retado,
tácitamente o expresa,
yo lo vuelvo a desretar,
que así se usa en mi tierra.
Desreto el cuerpo y el alma,
el entresijo y las telas,
las barbas y las narices,
los oídos y las cejas (vv. 1654-1661).

Podemos recordar también el reto paródico de Sapo a Camarón en El cerco de Tagarete, del que copio los versos más significativos:

SAPO.- […] y yo reto a ese bellaco
que tenéis entre vosotros,
y, escuche, que con él hablo:
Camaroncillo con lima,
yo te reto los zapatos,
las pantorrillas postizas,
hechas de dos mil halandros;
rétote los zaragüelles,
y juntamente ese sayo,
rétote aquesa gorreta,
rétote aquese penacho,
rétote aquesas narices,
que son de a vara por largo,
rétote aquesos bigotes
y esa boca, y digo y hago
y protesto juntamente
de aguardarte en ese campo,
para matarte y comerte
con lima, que este es el pago
que merecen tus locuras (vv. 400-419)[3].

Pues bien, en el caso de La venida del duque de Guisa, el reto y el contra-reto paródicos se sitúan en la tercera jornada (vv. 1103-1157)[4]. En efecto, un paje anuncia a Alonso de la Puerta —el sargento mayor del ejército hispano-napolitano— la llegada de un emisario a caballo, quien, una vez introducido en su aposento, le hace saber el desafío de Guisa. Todo en él es disparatado, en la misma línea y con el mismo tono con que se abordan las cuestiones bélicas a lo largo de la pieza (los barcos de la armada de los franceses son cáscaras de nuez, v. 30; Plesís tiene preparada una escuadra de diecisiete pigmeos, vv. 479-480; los coseletes de sus soldados están hechos de cáscaras de melones, vv. 1066-1067; se disparan como proyectiles estornudos[5] y albaricoques[6], etc., etc.). En esta ocasión no se trata de un desafío para un combate individual, sino de la convocatoria para que peleen en batalla los dos ejércitos.

Lo primero que llama la atención en este segmento textual es la caracterización burlesca del duque de Guisa a través de su propio heraldo:

TROMPETA.- El grande Hormigaleón,
el que es del orbe cornisa,
el que enarbola el pendón,
y en suma el duque de Guisa,
entre tantos pares non,
el que las flores de lis
—aunque de oírlo te enfades—
por cuatro maravedís
las ha tenido en un tris,
salud y gracia. Sepades… (vv. 1103-1110).

Nótese en este pasaje la onomástica burlesca —otro de los recursos habituales en el subgénero[7]—, el empleo de ripios (la expresión en hipérbaton ser del orbe cornisa parece traída aquí por la necesidad de rimar con Guisa), el juego de palabras dilógico de pares, reiterado en varias comedias burlescas[8], y la alusión a las flores de lis que adornan el escudo de Francia, aquí ridículamente tenidas en un tris. El trompeta francés da un ultimátum a Puerta para que sus tropas se rindan en dos o tres horas: si en ese plazo no le prestan obediencia, el duque de Guisa «vendrá por las cantimploras / que están llorando su ausencia» (vv. 1116-1117). Las palabras del emisario ponen de relieve que estos avisos son «protocolos / de piadoso» (vv. 1120-1121) de su jefe, al tiempo que subrayan el escaso número de combatientes españoles: son solo sesenta, lo que coincide con lo manifestado anteriormente por Puerta: «¡Que solo para esta ación / haya españoles sesenta, / y digan que pocos son!» (vv. 918-920). En la respuesta del sargento mayor de las tropas hispano-napolitanas, reconoce que tiene, en efecto, solo sesenta mosqueteros a su lado, pero añadiéndoles algunos ceros «son más de ciento y milenta» (v. 1132), jocosa creación neológica. El resto de la intervención de Puerta —pidiendo al trompeta que transmita su respuesta a Guisa— no hace más que introducir diversos juegos a partir de su apellido, Puerta: hacerla abierta / hacer cerrada, cerrarme de campaña, poner puertas al campo, etc. (ver los vv. 1133-1147). Y se remata la serie con estos disparatados versos:

PUERTA.- […] que cuarenta cebolleros,
como quien no dice nada,
con cuchillos y jiferos
le han de hacer hacer pucheros
y por postre una ensalada.
Dile que se me da un prisco
y, en fin, a caballo ponte,
o medirás aquel risco
a palmos, como el morisco
el barquero de Aqueronte (vv. 1148-1157).

Pasaje en el que, como bien anotan Periñán y Pierucci, «retornan los disparates basados en dilogías gastronómicas» (nota al v. 1147) y se introducen las rimas jocosas[9] priscoriscomorisco y ponteAqueronte[10].


[1] Esta publicación forma parte de las actividades del proyecto La burla como diversión y arma social en el Siglo de Oro (II). Poesía política y clandestina. Recuperación patrimonial y contexto histórico y cultural (ref. PID2020-116009GB-I00), del Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN) del Gobierno de España.

[2] Carlos Mata Induráin, nota a los vv. 1610-1641 de El rey don Alfonso, el de la mano horadada, Madrid / Frankfurt am Main, Iberoamericana / Vervuert, 1998. En el estudio preliminar de esta comedia (pp. 51-52) señalo la coincidencia estructural con otro pasaje de El hermano de su hermana, vv. 1228-1253, donde figura como reto de Diego Ordóñez de Lara a Zamora y donde también se utiliza el verbo desretar, cuando dice don Sancho: «Desreta lo que has retado, / aguarda, don Diego, espera» (vv. 1254-1255).

[3] Francisco Bernardo de Quirós, El cerco de Tagarete, en Francisco Bernardo de Quirós, Comedias, edición crítica, estudio y notas de Celsa Carmen García Valdés, Madrid, Fundamentos, 2021.

[4] Todas las citas serán por la edición de Periñán y Pierucci, con algunos ligeros retoques en la puntuación o acentuación que no consignaré: Martín Lozano, La venida del Duque de Guisa con su armada a Castelamar, ed. de Blanca Periñán y Daniela Pierucci, en Comedias burlescas del Siglo de Oro, tomo VI, ed. del GRISO dirigida por Ignacio Arellano, Madrid / Frankfurt am Main, Iberoamericana / Vervuert, 2007, pp. 463-557.

[5] «Una escuadra irá a Escafate / de mis soldados desnudos / porque derribe a estornudos / el lugar con su combate» (vv. 509-512).

[6] «Disparad con albercoques / los que sois de los alfaques, / y si tiraren bodoques / les podéis dar lindos choques / disparando triquitraques» (vv. 1093-1097).

[7] Véase Carlos Mata Induráin, Antología de la literatura burlesca del Siglo de Oro. Volumen 9. Repertorio de notas de las comedias burlescas, Pamplona, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, 2020, pp. 788-790.

[8] Mata Induráin, Antología de la literatura burlesca…, pp. 812-813.

[9] Para las rimas ridículas en la comedia burlesca, véase Mata Induráin, Antología de la literatura burlesca…, pp. 943-944.

[10] Para más detalles ver Carlos Mata Induráin, «Algunos paradigmas compositivos en la comedia burlesca La venida del duque de Guisa con su armada a Castelamar», Atalanta. Revista de las letras barrocas, 9.2, 2021, pp. 57-87.

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