Antropofagia mapuche vs. ingenio español en «Arauco domado» de Lope de Vega: planteamiento

El fenómeno de la antropofagia (ya sea de carácter ritual o bien debida a situaciones de hambruna) es fenómeno bien conocido y estudiado para América en general y para el territorio chileno en particular, tal como refieren numerosos historiadores y cronistas de época.

Antropófagos

Es, por otra parte, un tema que cuenta con abundante bibliografía[1]. Además de en las fuentes históricas, halló su reflejo también en la literatura y, en el caso concreto del teatro de Lope de Vega, aparece, con distintos tratamientos y funciones, en sus tres comedias de tema americano, El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón, El Brasil restituido y Arauco domado. Así por ejemplo, al final del acto segundo de El Nuevo Mundo…, asistimos a este diálogo en el que Dulcanquellín, el jefe indio, le ordena a su criado que prepare un banquete humano:

COLÓN.- ¿Habrá qué comer?

DULCANQUELLÍN.- Sospecho
que nos piden qué comer.

PALCA.-  Llevallos es menester
a tu real tambo y techo.

DULCANQUELLÍN.- Mata, Auté, cuatro criados
de los más gordos que hallares;
los pon en la mesa asados,
y entre silvestres manjares[2].

Y en El Brasil restituido este parlamento de Machado pone de relieve que los indígenas americanos (aliados de los españoles contras los holandeses) están «enseñados a comer / carne humana» (vv. 1197-1198):

MACHADO.- […] porque aquestos indios son
de aquella cruel nación
de quien hay cosas tan nuevas.
A los indios del Brasil
llamaron antropófagos,
que entre estos montes y lagos
vivieron vida gentil,
y enseñados a comer
carne humana, la ocasión
de este holandés escuadrón
los ha dado bien que hacer.
Allí los he visto asar,
allí, en jigote deshechos,
pechos sepultar en pechos;
pero no os quiero cansar
con las venganzas de gente
bárbara[3].

En esta ocasión me propongo estudiar la presencia del tema de la antropofagia en el «drama de hechos famosos» Arauco domado, analizando en particular el episodio del acto segundo en el que el soldado Rebolledo, que cumple las veces de gracioso, se libra de ser devorado por los indígenas araucanos merced a su ingenio (cuando lo van a devorar, los convence de que tiene una enfermedad contagiosa). A este respecto escribe Antonio F. Cao:

En estas obras los graciosos destacan la antropofagia de los indios, lo que socava implícitamente la América utópica. Así, en el Arauco domado Rebolledo cae prisionero y conmina a sus captores araucanos a que le asen y le sirvan a Tucapel, pues como padece de una tremenda enfermedad —la escapatoria— seguramente al ingerirle éste le causaría la muerte. Mediante este ingenioso ardid, de acusada vis cómica, logra salvarse[4].

En efecto, en esta pieza las prácticas de canibalismo van a aparecer en ese episodio de la captura de Rebolledo, al que don García le encarga que haga uno de los turnos de vigilancia nocturna del campamento (ver los vv. 778-793), a lo que se compromete el soldado: «Seré en velar / un Argos» (vv. 786b-787a). Luego, cuando sea capturado por los araucanos, el guerrero Tucapel pedirá a sus hombres que lo asen para comérselo entero (expresión que cabe interpretar en sentido literal, o bien como una más de sus muchas bravatas[5]). En otro momento de la comedia se menciona que el destino de algunos españoles prisioneros es también el de ser asados. En efecto, don Alonso le comentará a don García que los araucanos están preparando en Cayocupil «una fiesta y borrachera / de las que suelen hacer» (vv. 2202-2203). Y explica a continuación: «Esta noche es la primera [de la fiesta]. / Hay instrumentos chilenos, / y españoles para asarse, / soldados, y aun de los buenos» (vv. 2206-2209).

En la próxima entrada introduciré algunas reflexiones sobre la antropofagia en el territorio del sur de Chile y su reflejo en los textos de algunos cronistas e historiadores[6].


[1] Ver William Arens, El mito del canibalismo. Antropología y antropofagia, México, D. F., Siglo XXI Editores, 1981; Osvaldo Silva Galdames, «El mito de los comedores de carne en América», Revista Chilena de Humanidades, 11, 1990, pp. 59-81; Ingrid Simson, «Caníbales y antropofagia en el teatro de Lope de Vega», en Actas del V Congreso de la Asociación Internacional Siglo de Oro, Münster 1999, ed. Christoph Strosetzki, Madrid / Frankfurt am Main, Iberoamericana / Vervuert, 2001, pp. 1216-1225; A. Robert Lauer, «Representación del canibalismo en las obras teatrales del siglo áureo sobre la conquista de América», en Estudios de teatro español y novohispano, ed. Melchora Romanos, Ximena González y Florencia Calvo, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires / AITENSO, 2005, pp. 411-418; Carlos A. Jáuregui, Canibalia. Canibalismo, calibanismo, antropofagia cultural y consumo en América Latina, Madrid / Frankfurt am Main, Iberoamericana / Vervuert, 2008; Luis Pancorbo, El banquete humano: una historia cultural del canibalismo, Madrid, Siglo XI de España Editores, 2008; Miguel Donoso, «Del rito al hambre: la antropofagia en dos crónicas chilenas del siglo XVI», Taller de Letras, Número especial 1 (Mundos trasatlánticos: trabajos y diversiones), 2012, pp. 51-61; Adolfo Chaparro Amaya, Pensar caníbal. Una perspectiva amerindia de la guerra, lo sagrado y la colonialidad, Buenos Aires / Madrid, Katz, 2013; Sonia Martínez Moreno, «Una revisión al imaginario europeo sobre la antropofagia y el canibalismo en la zona de frontera en América y Chile (siglos XVI-XVII)», Cuadernos de Historia Cultural. Revista de Estudios de Historia de la Cultura, Mentalidades, Económica y Social (Viña del Mar), 2, 2013, pp. 117-148; José Anadón, «Siglo XVII: antropofagia ritual mapuche», Anales de Literatura Chilena, 26, 2016, pp. 75-84, entre otros trabajos posibles.

[2] Lope de Vega, El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón, ed. Luigi Giuliani, en Comedias de Lope de Vega. Parte IV, 1-3, Lleida, Milenio, 2002vv. 2005-2012. En los versos primero y tercero de la cita prefiero editar «qué» con tilde («que» en las dos ocasiones en la edición de Luigiani).

[3]  Lope de Vega, El Brasil restituido, en Obras de Lope de Vega, Madrid, Atlas, tomo XXVIII, 1970 (BAE, CCXXXIII), p. 278 (son los vv. 1190-1206 de la edición digital de Rosa Durá Celma para ARTELOPE).

[4] Antonio F. Cao, «Mitología, mito y desmitificación en las obras americanas de Lope de Vega», en Literatura hispánica, Reyes Católicos y Descubrimiento. Actas del Congreso Internacional sobre Literatura Hispánica en la época de los Reyes Católicos y el Descubrimiento, ed. Manuel Criado de Val, Barcelona, PPU, 1989, p. 490.

[5] Sea como sea, esta escena está al servicio de la comicidad; recordemos que Rebolledo logra salvar la vida gracias a su ingenio, al convencer a los indios de que tiene una enfermedad contagiosa llamada… escapatoria.

[6] Para más detalles remito a mi trabajo:  Carlos Mata Induráin, «“¿Qué nombre ha puesto la Fama / a esa enfermedad traidora?”. Antropofagia mapuche vs. ingenio español en Arauco domado de Lope de Vega», Hipogrifo. Revista de literatura y cultura del Siglo de Oro, 10.2, 2022, pp. 213-236.

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