La música tiene una relevancia destacada en esta obra escrita en colaboración por Jerónimo de Cáncer, Agustín Moreto y Juan de Matos Fragoso, por lo menos en dos pasajes. El primero, cuando Natalio quiere entretener a Teodora, porque últimamente la ve con «graves melancolías». Los Músicos le cantan y Natalio pondera la belleza de su esposa con estos bellos versos:
MÚSICOS.- Ojos, venced los enojos,
pues que sois cielos de amor,
porque no eclipse el dolor
la luz de tan bellos ojos.NATALIO.- Bellísima emulación
del planeta más luciente,
a cuya veneración
en llama pura y decente
sacrifico el corazón.
En los amenos verdores
del jardín, tanta tristeza
pudo templar sus rigores,
viendo que de tu belleza
eran retrato las flores.
Para copiar con primor
tu frente, playa serena
donde está en calma el amor,
todo su hermoso candor
pródiga dio la azucena.
En tus mejillas traslada
la rosa su pompa breve,
pues en ellas imitada
se vio su púrpura nieve
o su púrpura nevada.
En tu boca el encendido
clavel quedó convertido,
y el que en tan dichoso empeño
acertó a ser más pequeño,
ese fue más parecido.
Para tus ojos no había
comparación en el suelo,
y por lograr su porfía,
Amor, que el retrato hacía,
dos astros le pidió al cielo.
Y como tú en el raudal
te mirabas de una fuente,
desta copia celestial
parecía la corriente
limpio viril de cristal;
pero el aumentar así
tu tristeza fue preciso,
si al ver tu hermosura allí
quedaste como Narciso
enamorada de ti (pp. 246b-247a)[1].
En fin, la música también desempeña una función clave cuando se escucha en la escena del asalto a la casa de Natalio, momento en que sirve como aviso a Filipo del grave delito que va a cometer y de sus consecuencias.
Como hemos visto a lo largo de varias entradas, La adúltera penitente, de Cáncer, Moreto y Matos, es una comedia hagiográfica que mezcla elementos de la comedia de capa y espada (gracioso, amor y honor, mujer en traje varonil, bandidos, música, espectacularidad de los milagros…) con los propiamente religiosos y sobrenaturales. No es una comedia de calidad excelente, pero sin duda hay que tener en consideración el corpus de obras de autores secundarios para completar el estudio cabal de la comedia hagiográfica del Siglo de Oro, centrado hasta ahora en algunas obras representativas de los dramaturgos más importantes: Lope, Tirso y Calderón[2].
[1] Las citas de la comedia corresponden a esta edición: Jerónimo de Cáncer y Velasco, Agustín Moreto y Juan de Matos Fragoso, La adúltera penitente, Santa Teodora, en Parte nona de comedias escogidas de los mejores ingenios de España, Madrid, Gregorio Rodríguez por Mateo de la Bastida, 1657.
[2] Remito para más detalles a Carlos Mata Induráin, «La adúltera penitente, comedia hagiográfica de Cáncer, Moreto y Matos Fragoso», en Marc Vitse (ed.), Homenaje a Henri Guerreiro. La hagiografía entre historia y literatura en la España de la Edad Media y del Siglo de Oro, Madrid / Frankfurt am Main, Iberoamericana / Vervuert, 2005, pp. 827-846.
Juan de Matos Fragoso era un portugués residente en España. Escribió una novela «La Venganza En El Despeño, Y Tyrano De Navarra». Yo que soy navarrico, residente en Barañáin como tú, me pregunto si la novela trata de el rey navarro de Peñalén. En la novela se menciona la palabra «bonico», muy común en el Levante y en La Mancha, pero poco en Navarra. En Navarra y Aragón, antes que el diminutivo ito e ita preferimos ico e ica como en Murcia…, pero es raro oírlo en esa palabra. ¿Esa novela refleja que por entonces era común en Navarra decir bonico y bonica? Si quieres me respondes aquí y amplía la información en persona en Barañáin.
Muchas gracias, Aritz, por tu comentario. No conocía esa comedia (no novela) de Matos Fragoso, pero la acabo de localizar y veo que quien dice la palabra «bonico» es un personaje, Gilote, que es un rústico, un labrador o criado. Bueno, debería mirarlo con más calma, ver el contexto con más detalle, pero aquí creo que esa expresión solo sirve para caracterizar lingüísticamente a este personaje que es el gracioso de la comedia, el portavoz de la comicidad. No creo que de ahí se puedan extrapolar conclusiones sobre lo que se decía realmente en Navarra en aquel momento. El habla de los graciosos está muy tipificada (vulgarismos, palabras coloquiales, empleo quizá del «sayagués», etc.), es parecida en casi todas las obras, y no creo que sirva para sacar conclusiones lingüísticas. Abrazos.
Creo que la primera vez que oí decir bonico y bonica fue de alguien de la ciudad de Elche. Me pareció un error porque no sabía que bonito y bonico, así como bonita y bonica, eran en origen diminutivos de bono o bueno. Así que es tan correcto bonico como bonito. El tiempo viví en la Comunidad Valenciana, Murcia y Albacete fue como estar en mi Navarra natal. No solo por el uso de los diminutivos ico e ica, sino por el gran repertorio de léxico navarroaragonés traído por la reconquista. La gran frecuencia del apellido Navarro fue lo primero que me hizo sospechar que tuvieron que llegar allí muchos navarricos. Luego todo empezó a encajar. El Llibre de Repartiment de Valencia confirmaba que llegaron allí más navarros que catalanes y que sólo fueron superados por los aragoneses. Ico e ica es minoritario en la Comunidad Valenciana, pero no en Murcia y Albacete (Reino de Murcia también). Bonico y bonica se dice en todos esos sitios sin embargo. En cambio aquí en Navarra y Aragón decir bonico y bonica hoy es más bien exótico. Supongo que antaño sería común en Valdebro. Como dices, esta comedia quizás solo lo utiliza a modo jocoso. La comedia se escribió en 1700 y ya hacía tiempo que el navarroaragonés había desaparecido de Navarra y Aragón para entonces. Hoy en día quedan muchos términos navarroaragoneses en Navarra y Aragón como se refleja en el Vocabulario Navarro de Iribarren que refleja más vocablos de este idioma que del vascuence. Aunque en 1700 ya no se hablaba romance navarro, habría más giros y léxico navarroaragoneses que ahora y quizás «bonico» sí era corriente decir en Navarra y Aragón entonces. Gracias por tu respuesta.