Para celebrar este 6 de enero, fiesta de la Epifanía del Señor, copio aquí el poema «Navidad y Epifanía», del literato colombiano Carlos López Narváez (Popayán, 1897-Bogotá, 1971), quien además de abogado, profesor y diplomático, fue miembro de la Academia Colombiana de la Lengua y destacó como traductor de textos de Baudelaire, Heredia, Valery, Leconte de Lisle o Barbusse, entre otros. Su composición aúna, ya desde el título, la evocación de dos momentos clave de estas fiestas, el Nacimiento de Cristo (Navidad) y su manifestación ante los magos de Oriente (Epifanía).
El texto del poema dice así:
Blanca de corderos,
rubia de luceros,
diáfana y tranquila noche de Belén.
Nevadas colinas,
auras peregrinas,
mecen los olivos en blando vaivén.«Con el ala de ave
de mi barba suave
al recién nacido yo quiero abrigar.»Y el negro monarca
de ardiente comarca
Baltasar —en ónix el bronco perfil—.«Oh Rey sempiterno
—dirá triste y tierno—,
para ti soy trono de ébano y marfil.»Blanca de corderos,
rubia de luceros,
sagrada y hermosa noche del Portal.¡Hosanna en la altura!
Por la tierra oscura
difunde la Estrella su luz inmortal[1].
[1] Tomo el texto (introduciendo algún pequeño cambio en la puntuación) de Nos vino un Niño del cielo. Poesía navideña latinoamericana del siglo XX, introducción y selección de poemas por Miguel de Santiago y Juan Polo Laso, Madrid, EDIBESA, 2000, pp. 255-256.