Economía narrativa en el «Persiles»: un ejemplo

Me referiré tan solo a un ejemplo claro de esta economía narrativa que se aprecia en el Persiles. Mediado el libro III, con la ausencia de la narración de Arnaldo, ha desaparecido también el tema de los celos (que había tenido mucha importancia en el libro II). Pues bien, cerca de Valencia sale al paso de los peregrinos una villana que pronuncia estas breves y misteriosas palabras: «Señores, ¿pedirlos he o darlos he?» (p. 786b)[1].

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Periandro es el único capaz de solucionar el enigma expresado en forma de ceugma y dar una respuesta adecuada, acertando que se trata de pedir o dar celos. La escena se resuelve en escasas diez líneas, pero sirve para retomar el por algún tiempo abandonado tema de los celos, en lo que constituye una maravillosa muestra de la economía narrativa de Cervantes[2].

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[1] Cito el Persiles por la edición de Florencio Sevilla Arroyo en Miguel de Cervantes, Obras completas, Madrid, Castalia, 1999.

[2] Más tarde, con los protagonistas ya en Milán, el tema reaparece al acudir a una sesión de la Academia de los Entronados, en la que participan en la disputa acerca de si puede haber amor sin celos. Ver para más detalles Carlos Mata Induráin, «El Persiles de Cervantes, paradigma del arte narrativo barroco», en Ignacio Arellano y Eduardo Godoy (eds.), Temas del Barroco hispánico, Madrid / Frankfurt am Main, Iberoamericana / Vervuert, 2004, pp. 197-219.

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