Hoy en Belén de Judá os ha nacido el Salvador.
Vaya para este feliz y esperanzado día de Navidad un segundo poema del uruguayo Ernesto Pinto, la «Canción del pastor con los tres presentes», que se presenta bajo la forma de un romancillo.
El texto, tan sencillo como emotivo —en la mejor tradición de la poesía popular—, reza así:
Bajo los manzanos
yo estaba dormido.
Las flautas del ángel
hirieron mi oído.
—¡Despierta, pastor,
Jesús ha nacido!
¡El frío lo cerca
con siete cuchillos!
La estrella me guía
por el buen camino.
Voy con mi guitarra
en busca del Niño.
El aroma llevo
de los verdes pinos,
a los tres ofrezco
la gloria del trigo.
A la Virgen bella,
pañuelos de hilo;
para José el justo,
queso, miel y vino.
Al Niño que tiembla,
¡oh, mi Dios de lirio!,
la flor de mi sangre
para darle abrigo[1].
[1] Cito (con algún ligero retoque de puntuación) por Nos vino un Niño del cielo. Poesía navideña latinoamericana del siglo XX, introducción y selección de poemas por Miguel de Santiago y Juan Polo Laso, Madrid, EDIBESA, 2000, pp. 294-295.