Entrando ya en el terreno de la dramaturgia cervantina, encontramos sonetos como este inserto en Laberinto de amor, comedia que es una verdadera selva de amores, celos y enredos. Es declamado por Porcia, la enamorada de Anastasio, duque de Dorlán. Vemos en él un nuevo aviso de que el amante tiene que mantenerse siempre constante en su fe; y por medio de una serie de símiles o comparaciones en los tercetos, la voz lírica muestra qué sería el amor sin esperanza.
El soneto reza así:
Si al fuego natural no se le pone
materia que en la tierra le sustente,
volveráse a su esfera fácilmente,
que así naturaleza lo dispone.Y el amante que quiere que se abone
su fe con afirmar que no consiente
en su alma esperanza, poco siente
de amor, pues que a su ley justa se pone.Cual sin el agua quedaría la tierra,
sin sol el cielo, el aire sin vacío,
el mar en tempestad, nunca en bonanza,y sin su objeto, que es la paz, la guerra,
forzado sin su gusto el albedrío,
tal quedara amor sin esperanza.(Laberinto de amor, Jornada II, en Obras completas, ed. de Florencio Sevilla Arroyo, Madrid, Castalia, 1999, p. 1043a)
admirable soneto amoroso que me siento obligado de poner en mi «diario» facebook para hacerlo conocer a mis amigos no hispanistas ni cervantistas… un poco como si me sintiera atraido por la esfera de tal soneto… Gracias, amigo Carlos por brindarnos tal joya.
Gracias a ti, Christian, por gustarlo y compartirlo. Un fuerte abrazo.
una disquisición cervantina sobre el amor razonado y el equilibrio entre fuego y tierra; me recuerda al enfoque de Ruiz de Alarcón, con quien Cervantes tuvo muchos puntos en común y a quien conoció en Sevilla en una justa poética, ca. 1607.