La lista de poetas navarros que han cantado —y siguen cantando en nuestros días— el nacimiento de Cristo podría ampliarse largamente; pero hoy, con la festividad del Bautismo de Jesús, termina ya el ciclo litúrgico de la Navidad y convendrá cerrar igualmente con algunos nombres últimos esta serie de «La Navidad de los poetas navarros», complementaria de la anterior «La Navidad en las letras españolas».
Varios poemas navideños tiene, por ejemplo, Carlos Baos Galán. De entre los que incluye Arbeloa en su antología, recojo el titulado «Coplas para andar por la Noche de Belén»:
A este lado del mundo,
en esta orilla
donde el hombre se encuentra
sin lejanías…
En esta orilla
Belén es cielo abajo
y tierra arriba.
Un pobre establo
redime en el sendero
leguas y años.
Un aire, erguido
de promesas cumplidas,
riega el sentido.
Y el horizonte
diluvia cercanías
de Dios y el hombre.
Todo es un huerto,
un caudal de raíces
de amor entero.
Frío encendido
por pastores y ángeles
amanecidos.… En esta orilla
donde el hombre se encuentra,
Belén respira.
Respira siglos
de sangres arribadas
a su destino.
Sobre la rosa
de los vientos que marca
rutas sin sombra.
La vida empieza
a tener argumento
de vida nueva.
De alta palabra
en el mástil del tiempo.
Sonido de agua.
De agricultura
de trigo pregonado
desde la altura.… En esta orilla,
la paz nace entre pajas
y no termina.En esta orilla
del mundo, Belén arde
muertes vencidas.
Todo se alza
junto al Niño, a la sombra
de la esperanza.
Y todo es bueno
en la noche, entre el gozo
de lo más cierto.
… Entre el caliente asombro
del pensamiento.
Blanca Urabayen, en su libro Besos de otoño. Relatos y poesía (Estella, 2000), da entrada a algunas narraciones navideñas («Navidad, paisaje y poesía», «Navidad en la portada») y también a dos composiciones poéticas tituladas «Navidad lejana, feliz Navidad» (evocación de la Navidad de una «vieja chapada a la antigua») y «Caminando la Navidad» (reflexión lírica sobre la puntual cita de esta gozosa Fiesta, que cada año viene «preñada de gloria y de gracia celestial»).
Recordaré que otro poeta y pintor navarro, Alfredo Díaz de Cerio, tiene reunidas sus composiciones navideñas bajo el título De Navidad a Nochevieja. Copio aquí la primera parte de su poema «La otra Navidad»:
Ha crecido la Navidad en nuestras manos. Ha crecido
como una rosa de oro en el techo del mundo,
como una flor transparente y lejana en la ciudad
que amé, que amamos en los días de invierno.Navidad, niño perdido entre la nieve mansa
de diciembre. Teníamos entonces
la edad primera de los campos —ese leve verdor
de alguna rama todavía frutal y misteriosa—.
El musgo nos hacía cosquillas en los dedos y madre
olía a mazapán y fuego lento, y todas las preguntas
volaban a sus ojos por un camino lleno
de luces amarillas y manteles en flor.Mira, todavía tintinea en los cielos la luz
que acarició mi infancia; todavía escribe alguien
una postal desde muy lejos con palabras de humo
y dibuja en la arena la huella de mis pasos.
En fin, terminaré mencionando a Ángel de Miguel, poeta castellano-navarro afincado en Estella, quien nos brinda un precioso y cantarín «Villancico de la Fuente de Irache»:
Villancico líquido,
la Fuente de Irache:
Navidad sonora
del Niño que nace.
Música del agua
que a estrellas nos sabe,
a Jesús le suena
a nana de Madre.
Murmullo del vino
en zambomba suave,
los astros se embriagan
con la luz del Padre.
El agua y el vino:
la Fuente de Irache;
Jesús y María,
siempre manantiales.
En honor a mis matizaciones, aunque esta vez sea yo la que me autoincluyo, hay un villancico mío publicado en Pregón, creo que hacia 1997. Si fuera de otro poeta , te lo incluiría, así que perdóname el personalismo de citarme. El villancico intentaba ser una nana en seguidillas, recordando a Fray Luis en «De los nombres de Cristo» e intentaba hacerlo extensivo niño Cristo.. o sea de los nombres que a Cristo se le dan en las Sagradas Escrituras. no sé si lo conseguí o no, ya que aumenté los nombres para suevizarlo. aquí está:
LA NANA DE LOS NOMBRES DEL NIÑO
(Recordando a Fray Luis de León)
Este Niño pequeño
nació en la tierra
con Él trajo la música
de las esferas.
Dime , chiquillo
que a la tierra te asomas
¿te llamas Cristo?
Si te quedas conmigo
bebé que llegas
voy a hacer con tus nombres
mi nana nueva
de textos vivos
que otros me revelaron
y yo te escribo:
Pimpollo de canela,
lirio en capullo,
azucena olorosa,
jazmín menudo,
cara de Dios,
risueño mocetico
gorjeador.
Niño camino abierto
alto de luz,
pastor y zagal bueno
como Jesús,
monte preñado
aunque cierres los ojos
adormilados.
Siglo futuro en ciernes,
amado gozo,
corazón sin pisar,
hijo de asombro
y poderío
¿No me darás un poco,
recién nacido?
Corderito precioso,
cachorro blanco,
lana dulce y cobijo,
calor y amparo,
brazo divino
como esposo de cielo
de pan parido.
Salvador te han llamado,
tan chico y grande
¡Dios que hermosura eres
niño de carne!
Duerme mi rey,
papá se está durmiendo,
mamá también!
Ea, no llores, príncipe,
cállate luego
que te arrulla mi nana
nana de espejos.
Ay, nana, nana,
que hoy eres niño, Niño,
Pasión mañana.
Haces muy bien, Charo, en añadir tu villancico, que es precioso. Ya digo en mi entrada que hay, por supuesto, otros nombres y otros textos más. Este lo guardaré para ponerlo la próxima Navidad…
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