«El cautivo de Argel» de Ezequiel Endériz: notas sobre el estilo

Seguramente el rasgo estilístico más notable de la novela corta de Ezequiel Endériz[1] es la abundancia de símiles e imágenes: la mañana como una rosa de mar abierta (p. 7a); el agua del mar como esmeralda líquida (p. 8b), que enciende las islas Tres Marías «como tres rubíes» (p. 8b), las cuales se equiparan además con oasis y estrellas (p. 9); las naves corsarias de Arnaute aparecen «ligeras como centellas» (p. 10a); en la descripción de la ciudad de Argel, «blanca y marítima, con rumores de caracola» (p. 13a), la torre de la mezquita se alza «como una flecha dorada» (p. 13a); las estrellas son «novias blancas / que viajan por el cielo en un coche / de pedrerías» (p. 26b), etc. Encontramos alguna metáfora I de R: «el dulce caramelo de su vida» (p. 9), alguna serie trimembre: «Yo soy blando, generoso, magnánimo…» (p. 11b); y algún recurso de oralidad, del tipo: «Ved… y ved…» (p. 11b).

Algunos breves pasajes, sobre todo descriptivos de paisajes o ambientes, presentan cierto tono poético: «Y las estrellas, líricas y movedizas, iban colocándose en el amplio terciopelo de la noche argelina que recogía la canción aquella como en una ancha copa de brisa y ensueño…» (p. 26a-b); «La noche era clara, demasiado clara. Sobre Argel dormida, la plata de la luna sacaba metálicos reflejos de la blancura de las casas. Todo era silencio y misterio» (p. 28a). Ya he comentado, además, que en el relato se intercalan algunos poemas, atribuidos a Cervantes, pero compuestos en realidad por Endériz.

El humor y la ironía se hacen presentes por medio de breves comentarios puestos en boca de Cervantes: por ejemplo, la referencia antisemita al hablar de los mercaderes judíos que van en la Mendoza (dice que se jugarían la vida, pero no la mercancía, p. 8a)[2]. Cuando el corsario que los apresa comenta que los prisioneros que no tengan dinero serán convertidos en esclavos o servirán como alimento para sus tigres, Cervantes comenta irónico: «Tanto honor, señor capitán…» (p. 12a). Luego el rey de Argel le explica que ha pedido como rescate su peso en plata, y Cervantes le replica que le pese pronto o le den más de comer, porque si no perderá dinero. En un determinado momento, Juan afirma que Zulima es la mujer de su vida, a lo que responde Cervantes: «Cuidado, porque estas mujeres de nuestra vida suelen ser las mujeres de nuestra muerte» (p. 22b)[3].

En fin, llamaré la atención sobre algunos deliciosos anacronismos o errores (no los considero voluntarios) que incluye la novela: ya en la primera línea, el narrador habla de las fragatas españolas (p. 7a); poco después alude a las piraguas corsarias de Arnaute (p. 10a); en los baños, la corneta del presidio toca diana (p. 21a); Zulima es «tostada como un nardo» (sic, p. 22a)…

Ciertamente, no estamos ante una novela de excepcional calidad literaria que evoque narrativamente el cautiverio de Cervantes en Argel. Sí ante una pieza curiosa e interesante, sin mayores pretensiones literarias, en la que lo esencial es la caracterización de Cervantes, como escritor y como cautivo anheloso de libertad. O, mejor: la identificación personal e íntima que se adivina ­—aunque no se explicita— entre el protagonista del relato, Cervantes, el cautivo de Argel, y el autor, Ezequiel Endériz, republicano español exiliado en Francia[4].

Busto de Ezequiel Endériz, por Fructuoso Orduna


[1] Cito por Ezequiel Endériz, El cautivo de Argel. Novela corta inédita, Toulouse, [Imprimerie Portes et San Jose], s. a. [D. L., 1949].

[2] También en el capítulo III gasta bromas a un judío.

[3] Se trata de un comentario humorístico, pero acabará convirtiéndose en trágica realidad.

[4] Jesús Arana Palacios, «Más noticias sobre Ezequiel Endériz», Príncipe de Viana, año 54, núm. 199, mayo-agosto de 1993, p. 498. Ver para más detalles Carlos Mata Induráin, «El cautivo de Argel, de Ezequiel Endériz o de cómo “la poesía desencadena y hace libres los espíritus, consuela los dolores y eleva el alma”», en Emilio Martínez Mata y María Fernández Ferreiro (eds.), Comentarios a Cervantes. Actas selectas del VIII Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas. Oviedo, 11-15 de junio de 2012, Madrid, Fundación M.ª Cristina Masaveu Peterson, 2014, pp. 288-299.

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