Una segunda tanda de elogios de don García la vamos a encontrar en labios de sus enemigos, los araucanos[1]. Se trata de la escena en que deciden consultar a su divinidad, Pillán, a través de Pillalonco, especie de sacerdote. Su presagio es completamente negativo para ellos: les dice que el famoso capitán que viene de Perú a Chile causará miedo a los fieros araucanos; y que, aunque lo vean mozo, los someterá en menos de dos años; vencerá nueve batallas y fundará siete ciudades, y llegará a ser tan querido que lo llamarán «san García»[2] (p. 763)[3].
Poco después será Caupolicán quien relate a los suyos el vaticinio que le ha hecho Pillán tras abrasarse en el agua del baño: don García ha llegado a Concepción y ha formado un fuerte en Penco. Pillán le ha pedido a Caupolicán que ataque el fuerte y mate a los españoles, antes que vayan al valle de Engol. Frente a las bravatas de los principales capitanes (Tucapel, Rengo, Talguén, Orompello…), dispuestos a matar al «español cruel» (p. 768), Pillalonco les avisa de que pronto conocerán el valor del «español don García».
El siguiente bloque de acción nos muestra a don García supervisando personalmente, junto con su hermano don Felipe, los trabajos de construcción del fuerte de Penco: se preparan para la defensa mientras llegan refuerzos por mar. La condición noble y generosa que ha mostrado don García ha hecho que los indios de la zona hayan bajado en son de paz y que él les haya dado el perdón. Dice don Felipe:
FELIPE.- Tu persona excelente, y la nobleza
alta y real grandeza con que has dado
perdón al rebelado, los incita
y a venir solicita, reducidos
a la paz y movidos de tus dones (p. 768).
Don García pondera su «honesto celo» para «esta imposible hazaña», así como el valor y la sangre de su familia; don Felipe dice que sus conquistas le harán exceder la fama de Alejandro Magno, jugando de nuevo con las expresiones Hurtado / hurtar (p. 769).
[1] Esta entrada forma parte del Proyecto «Autoridad y poder en el teatro del Siglo de Oro. Estrategias, géneros, imágenes en la primera globalización» del Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España (FFI2014-52007-P).
[2] Esta denominación de san García estaba ya en el exordio del Arauco domado de Pedro de Oña («¡oh, sublime garza Sant García!»).
[3] Todas las citas (con algún ligero retoque en la puntuación) son por la edición de Jesús Gómez y Paloma Cuenca, en Lope de Vega, Comedias, IX, Madrid, Biblioteca Castro/Turner, 1994. Para más detalles sobre la comedia, ver Carlos Mata Induráin, «Linaje y teatro: Arauco domado de Lope de Vega como comedia de propaganda nobiliaria», en David García Hernán y Miguel F. Vozmediano (eds.), La cultura de la sangre en el Siglo de Oro. Entre Literatura e Historia, Madrid, Sílex, 2016, pp. 325-348.