En cuanto a las mujeres que intervienen en El mariscal de Virón, comedia burlesca de Juan de Maldonado[1], ya sabemos que Blanca mata de sífilis (vv. 55 y ss.)[2]; las damas son comparadas con ranas (vv. 110-112 y 480) y equiparadas a infernales langostas (v. 1472); Blanca va a engordar como una lechona de amor (vv. 250-252) y sus ojos, que son como linternas (v. 301) y luciérnagas en rastrojos (v. 794), están llenos de lagañas (v. 305), no tiene ningún recato (v. 400), un callo adorna su pie (v. 407) y es una buena ganga (v. 422). Por lo que toca a la Reina, se elogia su rara belleza, diciendo que viene sin alabarda (vv. 82-83); se despereza delante de todos (v. 102) y es, en fin, una linda pieza (v. 108), expresión que hay que tomar a mala parte.
En fin, la reducción costumbrista se consigue con alusiones contemporáneas como las Vistillas (v. 523), Atocha (v. 1404) y la Vitoria (v. 1406) o el Sotillo (v. 1742). Hay también algunas indicaciones festivas relacionadas con la religión: cuatro padres franciscos (v. 346), Padre Prior (v. 560), capacha (v. 590)…
La Comedia burlesca del mariscal de Virón, cuyos procedimientos cómicos hemos examinado someramente a lo largo de varias entradas, constituye una de las piezas más entretenidas de este peculiar subgénero dramático del Siglo de Oro. Se asemeja bastante al modelo serio, la comedia homónima de Juan Pérez de Montalbán[3], en cuanto a personajes, estructura y acción. Pero la versión burlesca de Maldonado es, sin duda, una joya dentro del corpus de las comedias burlescas, y también dentro de las creaciones artísticas inspiradas por las figuras históricas del rey Enrique IV de Francia y el mariscal de Biron. A lo largo de sus casi dos mil versos (extensión bastante considerable en comparación con otras piezas paródicas áureas), el autor despliega una muy amplia gama de recursos cuya función primaria, casi única, es provocar y mantener la risa del espectador.
[1] Esta entrada forma parte del Proyecto «Autoridad y poder en el teatro del Siglo de Oro. Estrategias, géneros, imágenes en la primera globalización» del Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España (FFI2014-52007-P).
[2] La numeración de las citas responde a la siguiente edición: Juan de Maldonado, El Mariscal de Virón, ed. de Milena M. Hurtado y Carlos Mata Induráin, en Comedias burlescas del Siglo de Oro, VII, El Mariscal de Virón. No hay vida como la honra. El robo de Elena. El muerto resucitado, ed. del GRISO, volumen dirigido por Carlos Mata Induráin, Madrid / Frankfurt am Main, Iberoamericana / Vervuert, 2011, pp. 27-187 (que utiliza como texto base el de 1658). Más detalles sobre la pieza se pueden ver en el estudio preliminar a esa edición y también en Milena M. Hurtado y Carlos Mata Induráin, «Algo más sobre comedia burlesca y Carnaval: a propósito de El Mariscal de Virón, de Juan de Maldonado», eHumanista. Journal of Iberian Studies, 2, 2002, pp. 161-175. El texto de esta entrada actualiza lo recogido en esos dos trabajos conjuntos de Hurtado y Mata Induráin.
[3] Para este autor, remitimos al Portal a él dedicado en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Juan Pérez de Montalbán, dirigido por Claudia Demattè, donde el lector interesado encontrará datos sobre su vida y obra, bibliografía, imágenes, etc.