Ángel del Arco y Molinero (Granada, 1862-1925), historiador y arqueólogo, fue autor de diversas obras literarias. Al terreno de la narrativa pertenecen la leyenda histórica La algarada de Lucena (1886), la leyenda heroica El rey mártir (1893) y otros títulos como Andrea (1886) o Juana la Violetera (1892). Publicó también unas Siluetas granadinas (1892). Como autor teatral escribió un juguete cómico en un acto y en prosa, Sólo para hombres (1891). En el ámbito de la poesía, dio a las prensas Hojas y flores. Poesías originales (1884), el canto épico La reconquista de Málaga (1888), Dos poesías (1896) y Laureles: obras poéticas (1902), y editó además un Romancero de la conquista de Granada (1889).
De su producción poética nos interesa rescatar hoy su soneto «Cervantes», que dice así:
Cegados por el vértigo de gloria,
soñando un ideal de honor y ciencia,
los pueblos sufren rasgos de demencia
que se cuentan por siglos en la Historia.Buscó la vanidad fama ilusoria;
y roto el freno ya de la prudencia,
surgió un genio de recta inteligencia
que atacó su locura transitoria.Su sarcástica risa dio al olvido
delirios del honor, sacando a flote
el genio nacional, mal comprendido;y de nuestras locuras como azote
desde entonces resuena en nuestro oído
la eterna carcajada del Quijote[1].
[1] Poema recogido en Enrique Vázquez de Aldana, Cancionero cervantino. En el cuarto centenario de don Miguel de Cervantes Saavedra, Madrid, Ediciones Stvdivm de Cultura, 1947, p. 20.
