En este recorrido por la presencia de Sevilla en la literatura hispánica, no podía faltar el nombre de Lope de Vega, quien ambientó varias de sus comedias en la ciudad hispalense (baste recordar, por ejemplo, El arenal de Sevilla), dando entrada en ellas tanto a descripciones de lugares emblemáticos de la ciudad como a elementos folclóricos con ella relacionados. Tal es el caso de esta cancioncilla que inserta al comienzo de la tercera jornada de Amar, servir y esperar, cuando la dama Dorotea pide a su criada Esperanza que baile para entretenerla, aprovechando que el criado Andrés pude ayudarla cantando «por lo cortesano airoso».

Río de Sevilla,
¡quién te pasase
sin que la mi servilla[1]
se me mojase!
Salí de Sevilla
a buscar mi dueño,
puse al pie pequeño[2]
dorada servilla.
Como estoy a la orilla
mi amor mirando,
digo suspirando:
«¡Quién te pasase
sin que la mi servilla
se me mojase!»[3].
[1] servilla: «Zapato ligero y de suela muy delgada» (DLE).
[2] pie pequeño: el canon de belleza femenina de la época establecía la preferencia por los pies pequeños, que calzasen pocos puntos.
[3] Lope de Vega, Amar, servir y esperar, Jornada III, vv. 65-78. Cito por la edición digital de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, a partir de Ventidós parte perfeta de las Comedias del Fénix de España frey Lope Félix de Vega Carpio…, en Madrid, por la viuda de Juan González, a costa de Domingo de Palacio y Villegas y Pedro Vergés, 1635.