La «Canción para Antonio Machado» de Jesús Górriz Lerga

Jesús Górriz Lerga (Pamplona, 1932-Pamplona, 2016) fue uno de los cofundadores de Río Arga. Revista navarra de poesía, y colaborador también de otras publicaciones como Pregón, Poesía española, Rumbos, Caracola o El molino de Papel. Lector y admirador de Garcilaso, de Antonio Machado y de los poetas del 27, así como de Rosales o Miguel dʼOrs, su producción poética está formada por los siguientes volúmenes: Primera señal (Pamplona, Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, 1973), La vidriera (Pamplona, Medialuna Ediciones, 1991), Memorial del gozo (Pamplona, edición el autor, 1994), Así, y todo (Pamplona, Medialuna Ediciones, 2001), La luz del águila (Pamplona, Gobierno de Navarra, 2004) y Obra poética (1950-2006) (Pamplona, Gobierno de Navarra, 2006).

Antonio Machado

En el blog han quedado recogidos varios poemas suyos de temática navideña («Villancico del anuncio gozoso», «Villancico que repite la letanía de siempre», «Soneto para un alumbramiento» y «Villancico de la espera en el portal»). Hoy traigo su «Canción para Antonio Machado», un sencillo y emotivo romance de rima á a perteneciente al poemario con el que saltó a la arena literaria en 1973, Primera señal:

He sabido de la vida
a través de tu palabra,
Antonio Machado, amigo,
amigo de toda el alma.

Lo que tú dijiste, Antonio,
con tu voz honda y templada
—la tarde, la luz, las fuentes,
el silencio, la nostalgia,

el recuerdo, la ternura,
la paz, el dolor, las aguas
que pasan y que no vuelven,
el misterio, las palabras

que nunca jamás llegaron
a que tú las pronunciaras—,
todo lo guardo en el fondo
de mi ser, como en un arca

igual que una voz que espera,
tu voz, Antonio del alma.
¡Cuántas veces he soñado
en mirar con tu mirada!

Tú viste el fondo del mundo,
la razón de cuanto alzaba
su presencia por el aire
de la ilusión más cercana.

Forjador de vida pura,
de luz ardida y quedada,
de paz cumplida, de todo
cuanto entrevé nuestra alma.

Antonio Machado, amigo
de siempre y por siempre. Basta
que te recuerde y te nombre
para que descubra el ansia

con que debo buscar todo
lo que la vida nos guarda.
Lo que tú buscaste siempre
con tu voz más desgarrada[1].


[1] Jesús Górriz Lerga, Primera señal, prólogo de Miguel Javier Urmeneta, ilustraciones de Jorge Fernández de Avilés, Pamplona, Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, 1973, pp. 100-101.