El soneto «O yo vivo en tinieblas, o estoy ciego…», de Gregorio Silvestre

Copiaré para hoy, Martes Santo, este soneto que pertenece a Las obras del famoso poeta Gregorio Silvestre, recopiladas y corregidas por diligencia de sus herederos, y de Pedro de Cáceres y Espinosa… Impresas en Lisboa, por Manuel de Lira, a costa de Pedro Flores librero, vénde[n]se en su casa al Peloriño vello, 1592. El texto expresa el deseo de arrepentimiento del hablante lírico (que vive «en tinieblas», «ciego», v. 1), su intención de seguir a Dios; en este sentido, la muerte de Cristo, su sangre derramada, trae la salvación al género humano («aquesto es en tu muerte buscar vida», v. 13).

Sangre redentora de Cristo

O yo vivo en tinieblas, o estoy ciego,
pues ojos tengo, y luz, y claro día:
¿por qué no sigo a Dios, pues Dios me guía
con fuerza, con razón, con mando y ruego?

En nombre de Jesús, comienzo luego,
enciéndame el ardor en que él ardía;
su sangre derramó, salga la mía:
responda sangre a sangre y fuego a fuego.

Ven pues a mí, Señor, que ya despierto,
aunque este despertar es tu venida,
la mano de tu amor es que me hiere.

Conviéneme morir, mas ya estoy muerto,
y aquesto es en tu muerte buscar vida,
la cual no vivirá quien no muriere[1].


[1] Cito con algún ligero retoque en la puntuación por Roque Esteban Scarpa, Voz celestial de España. Poesía religiosa, Santiago de Chile, Zig-Zag, 1944, pp. 310-311.