«Soñar, siempre soñar», un soneto de Lucía Sánchez Saornil

Como poeta, la producción de Lucía Sánchez Saornil (Madrid, 1895-Valencia, 1970) —que usó el seudónimo literario Luciano de San-Saor— se adscribe principalmente al movimiento ultraísta. Además de escritora y periodista, fue una destacada militante anarquista y luchadora por la emancipación de la mujer. Como escribe José Luis Ferris, «La figura de Lucía Sánchez Saornil va indefectiblemente unida al Ultraísmo, movimiento de vanguardia del que fue pionera, y al anarcofeminismo, por su enérgico papel en la lucha sindical, su antifascismo y su tenaz defensa de los derechos de la mujer»[1]. Su obra poética está formada por Estuario (1925, poemario anunciado en la revista Tobogán, que no llegó a publicarse), Romancero de Mujeres Libres (1938; hay edición facsímil del año 2020); Siempre puede volver la esperanza (poemario inédito de hacia 1960); Poesía, edición de Rosa María Martín Casamitjana (Valencia, Pre-Textos, 1996) y Corcel de fuego, edición e introducción de Nuria Capdevila-Argüelles (Madrid, Ediciones Torremozas, 2020), que recoge poesía del periodo 1914-1931.

Sirva como pequeña muestra de su quehacer poético este soneto suyo titulado «Soñar, siempre soñar» y fechado a finales de los años sesenta.

Fotografía de Jay Soundo
Fotografía de Jay Soundo (https://unsplash.com/).

Has jugado y perdiste: eso es la vida.
El ganar o perder no importa nada;
lo que importa es poner en la jugada
una fe jubilosa y encendida.

Todo lo amaste y todo sin medida.
¿Cómo puedes sentirte defraudada
si fuiste por amor crucificada
con un clavo de luz en cada herida?

Sobre urdimbres de olvido van tejiendo
lanzaderas de ensueño otra esperanza
de un morir cotidiano renaciendo.

Porque un nuevo entusiasmo nos transporta
a otro ensueño entrevisto en lontananza
y en la vida, el soñar, es lo que importa[2].


[1] José Luis Ferris, en Mujeres del 27. Antología poética, 6.ª impresión de la 1.ª ed., Barcelona, Planeta, 2025, p. 89.

[2] Recogido en Lucía Sánchez Saornil, Poesía, ed. de Rosa María Martín Casamitjana, Valencia, Pre-Textos, 1996. Lo cito por Mujeres del 27. Antología poética, introducción y edición de José Luis Ferris, p. 100, restituyendo la mayúscula al comienzo del segundo verso.