¿Cuál es la relación que unía a los nueve colaboradores en Algunas hazañas de las muchas de don García Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, y a ellos a su vez con Lope de Vega, autor de la precedente comedia del mismo tema Arauco domado?[1] Reduciéndolo a lo esencial, se trata de la coincidencia de casi todos ellos en las justas poéticas madrileñas en honor de San Isidro de los años 1620 y 1622, tal como ha explicado Patricio C. Lerzundi, entre otros críticos:
Se ha visto que el interés de Lope por el tema de Arauco se remonta a 1598 y a través de muchas fuentes no necesariamente por conseguir el favor de los Cañete. Por otra parte, Luis de Belmonte estuvo en contacto directo con Pedro de Oña y con don García Hurtado de Mendoza entre los años 1605 y 1606 en el Perú.
Durante las justas poéticas de San Isidro de 1620 y 1622, en donde se reúne la mayoría de los nueve ingenios, Lope había servido como secretario y organizador de ellas. En la justa de 1620 concurrieron Luis de Belmonte, Jacinto de Herrera, el conde del Basto, Guillén de Castro y Diego de Villegas; en la justa de 1622 concurrieron Mira de Amescua, Guillén de Castro, el conde del Basto, Diego de Villegas y Fernando de Ludeña. Se deduce que es a partir de la justa de 1620 cuando comienza a formalizarse el proyecto de Algunas hazañas…[2]
¿Y cuál fue la intervención que tuvo cada uno de ellos en el proyecto común? No es mi propósito analizar las características de esta comedia en cuanto tal obra en colaboración, para valorar la aportación de cada poeta y explicar cómo se produce el ensamblaje de las distintas piezas, sino presentar cómo aparece tratada la figura de don García en el conjunto. Me limitaré aquí a dejar constancia del orden de las aportaciones hechas por cada dramaturgo y del número de versos de que constan. Hay que recordar que la dedicatoria a don Andrés Hurtado de Mendoza, así como las palabras dirigidas al «Lector», son de Luis de Belmonte Bermúdez, como seguramente es suyo también el plan organizativo general de la obra y la labor de coordinación de los distintos ingenios. Los versos de la comedia se distribuyen así: en la Jornada I, los vv. 1-260 (un total de 260 versos), son de Antonio Mira de Amescua; los vv. 261-404 (144), de Francisco de Tapia y Leyva, conde del Basto; y los vv. 405-1218 (814), de Belmonte. En la Jornada II, los vv. 1219-1584 (367) corresponden a Juan Ruiz de Alarcón; los vv. 1585-1956 (372), a Luis Vélez de Guevara; y los vv. 1957-2119 (163), a Fernando de Ludeña.
En fin, en la Jornada III escribe los vv. 2120-2491 (352) Jacinto de Herrera y Sotomayor; los vv. 2472-2701 (230), Diego de Villegas; los vv. 2702-3045 (344), Guillén de Castro, y remata la faena Belmonte, que es el único que repite, con los vv. 3126-3195 (150).
[1] Esta entrada forma parte del Proyecto «Autoridad y poder en el teatro del Siglo de Oro. Estrategias, géneros, imágenes en la primera globalización» del Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España (FFI2014-52007-P).
[2] Patricio C. Lerzundi, Arauco en el teatro del Siglo de Oro, Valencia, Albatros Hispanófila Ediciones, 1996, p. 31. Citaré por la edición moderna de Lerzundi, que cuenta con numeración de los versos, pero modificando levemente, sin indicarlo, algunas grafías y la puntuación: Algunas hazañas de las muchas de don García Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, edited and annotated, with an Introduction, by Patricio C. Lerzundi, Lewiston / Queenston / Lampeter, The Edwin Mellen Press, 2008. Para más detalles sobre la comedia, ver Carlos Mata Induráin, «Algunas hazañas de las muchas de don García Hurtado de Mendoza, comedia genealógica de nueve ingenios», Revista Chilena de Literatura, núm. 85, noviembre de 2013, pp. 203-227.