Vaya para hoy, 3 de enero, fiesta del Santísimo Nombre de Jesús, un soneto del Fénix dedicado a esta temática —incluido en el Libro II de Pastores de Belén—, que no requiere mayor comento.
Si cada vez que un hombre murmurase
del amigo, del prójimo y ausente
«Jesús» dijese, es nombre suficiente
a que la voz y el ánimo templase.Si cada vez que del honor tratase
del que infama y corrige vanamente
«Jesús» dijese, y con humilde frente
a las divinas letras se humillase,es imposible que el furor más ciego
y la vergüenza más soberbia y loca
con tal rocío no templase el fuego.Que el nombre de JESÚS tanto provoca
amar[1] a Dios y al prójimo, que luego
penetra el corazón desde la boca[2].
[1] amar: entiéndase ʻa amarʼ, con la preposición a embebida.
[2] Cito por Suma poética. Amplia colección de la poesía religiosa española, por José María Pemán y Miguel Herrero, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1944, pp. 251-252 (hay ed. facsímil, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2008). Modifico levemente la puntuación. De Pastores de Belén contamos con una edición moderna de Antonio Carreño (Madrid, Cátedra, 2010) y otra en formato electrónico preparada por Enrique Suárez Figaredo, disponible aquí (el poema se localiza en las pp. 169-170).