Lope de Vega y el mecenazgo (4): con el marqués de Malpica

C. A. de la Barrera, Nueva biografía de Lope de VegaTras dejar la casa del duque de Alba sirve de secretario al marqués de Malpica, a quien dedica el soneto «Mientras al austro rompe el pardo lino» de las Rimas[1]. El erudito Cayetano Alberto de la Barrera, en su pionera Nueva biografía de Lope de Vega (1864), recoge algunas noticias, de las pocas que guardamos sobre este mecenazgo, y la mayoría de segunda mano:

Sospecho que dejó Lope la casa del Duque de Alba en el año de 1596; y si fue así, pudo muy bien dar motivo a esta determinación el suceso cuya noticia queda ya estampada con referencia al Sr. Zuaznávar. Encausado, en efecto, aquel insigne ingenio, durante el expresado año, ante la Sala de Alcaldes de Casa y Corte, por ilícitas relaciones con D.ª Antonia Trillo, aun cuando no sufriese encarcelamiento, quizá se vio en la precisión de atender exclusivamente a su defensa, y en la imposibilidad de acompañar al Duque en sus soledades de Alba de Tormes. Por otra parte, según ya hemos indicado, interpretando aquella frase final de la Arcadia, donde habla Lope, refiriéndose a sí propio, de «seguir nuevo dueño y nueva vida, con dudosa fortuna», pudiera creerse que voluntariamente cambió entonces de señor y pasó a servir al Marqués de Malpica, también en clase de secretario; colocación de que nos da noticia Montalbán, si bien (por consecuencia del fundamental error de su relato) fijándola en el año de 1588. Como quiera que fuese, el hecho de haber servido Lope de Vega Carpio de secretario al Marqués de Malpica antes de 1598 se halla comprobado por documentos existentes en el archivo de aquella ilustre casa, gran número de ellos escritos de mano del eminente poeta. Debo esta noticia al señor don Antonio de Latour, benemérito de las letras españolas y mi singular favorecedor, quien me asegura haberla oído repetidas veces de boca de la Señora Marquesa, que últimamente acaba de fallecer.


[1] El texto de esta entrada está extractado del libro de Ignacio Arellano y Carlos Mata Induráin Vida y obra de Lope de Vega, Madrid, Homolegens, 2011. Se reproduce aquí con ligeros retoques.

Lope e Isabel: años tranquilos en Alba de Tormes

En 1590 terminan los dos años de destierro del reino y puede regresar a Castilla, aunque todavía no a la Corte[1]. Se asienta con su esposa en Toledo, donde se acomoda con don Francisco de Ribera Barroso, futuro marqués de Malpica, hecho que Pérez de Montalbán sitúa a la vuelta de la jornada de Inglaterra:

Al volver de esta desgraciada expedición, Lope marchó a Madrid y entró al servicio del marqués de Malpica, y después, con el mismo carácter, sirvió al conde de Lemos.

No sabemos cuánto tiempo duró en servicio de don Francisco. En cualquier caso, es mucho más importante su acomodo con don Antonio Álvarez de Toledo, duque de Alba, al que acompañará hasta sus estados en Alba de Tormes (Salamanca). Allí, en su palacio junto al río, el duque ha formado una rica corte artística y literaria, de la que forman parte también Pedro de Medina (Medinilla) y Juan Blas de Castro. En esta idílica corte ducal de Alba de Tormes permanecerá Lope hasta 1595. Su señor, que se ha casado el 23 de julio de 1590 con doña Mencía de Mendoza y Enríquez, es preso por desobediencia y ha de pasar tres años encerrado en el castillo de La Mota (Valladolid). En la fiesta de toros que se organiza para celebrar su regreso, el 15 de mayo de 1593, muere don Diego de Toledo, hermanastro del duque, y Lope le dedica una bella elegía.

Alba de Tormes por Nacho Alcalde

Al igual que los de Valencia, son estos años de sosiego al lado de su esposa Isabel, que es su musa literaria bajo el nombre poético de Belisa: «Ella parece inspirarle, provocarle, una estremecida emoción, casi un fervor poético», escribe Villacorta. En el poema «Descripción de la Tapada», la evoca bellamente «Suelto en ondas el mar de sus cabellos…». Por lo demás, el desempeño de su cargo como secretario o gentilhombre de cámara del duque de Alba le deja bastante tiempo libre para escribir (en Alba de Tormes firma varias comedias: El maestro de danzar, El leal criado, Laura perseguida, El dómine Lucas, El caballero del milagro…). Además, puede mantener contactos con el ambiente universitario de Salamanca (se sabe que el 26 de enero de 1594 alquiló una casa en esa ciudad), y se ha apuntado, como ya vimos en una entrada anterior, la posibilidad de que siguiese sus estudios en la célebre universidad salmantina, pero en modo alguno están documentados. Dedica un poema, «Descripción del Abadía», a la finca con hermosos jardines propiedad del duque en la sierra entre Salamanca y Cáceres.


[1] El texto de esta entrada está extractado del libro de Ignacio Arellano y Carlos Mata Induráin Vida y obra de Lope de Vega, Madrid, Homolegens, 2011. Se reproduce aquí con ligeros retoques.