De profesión farmacéutico, José María Fernández Nieto (Mazariegos de Campos, Palencia, 1920-Palencia, 2013) fundó en 1955, junto con Marcelino García Velasco y Carlos Ureña, la revista de poesía y crítica Rocamador, de la que fue su director, y también la colección de libros de poesía de igual título. Publicó varios libros de poesía, entre otros Ramillete de poesías (1946), Aunque es de noche (1947), La trébede (1961), Un hombre llamado José (1963), Villancicos de zambomba y transistor (1968), Galería íntima (1972), La claridad compartida (1972), La nieve (1974), Poemas de amor de cada día (1982) o Fulgores de ascensión (1993). Existe además una Antología de sus versos (Palencia, Cálamo, 1997).
En las composiciones de temática navideña de Fernández Nieto se hace presente a veces el tono humorístico, como por ejemplo en su «Villancico gitano». Lo mismo sucede con este «Villancico que llaman del camionero», compuesto por seis estrofas de versos octosílabos (tres redondillas y tres cuartetas).
—Echa, conductor, el freno
a la carga de tu olvido,
porque el Señor ha nacido
y a ti te tiene por bueno.Dejó el camión aparcado,
pero aparcado muy mal,
y se acercó hasta el Portal,
sorprendido y deslumbrado.—¿Qué me das tú?
—¡Yo qué sé!
¿Mi camión? ¡Te lo daría!
pero, chaval, para qué…
¡Para qué te serviría!El Niño se sonrió
tiernamente complacido,
que no le dijo que no
sin habérselo pedido.José le advirtió seráfico:
—Aparca en otro lugar,
que te acaban de multar
los motoristas de Tráfico.Se enfureció el conductor
gritando que era un atraco.
¡Y por culpa del Señor
no pudo soltar un taco![1]
[1] Cito, con algunos retoques en la puntuación, por la antología Porque esta noche el Amor. Poesía navideña del siglo XX, introducción y selección de poemas por Miguel de Santiago y Juan Polo Laso, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1997, p. 251.