Personajes femeninos del «Quijote»: el territorio de la aventura (y 4)

La historia de doña Clara y don Luis ejemplifica un caso de amor adolescente, que aquí lleva al muchacho a disfrazarse de mozo de mulas para ir en busca de la bella joven[1]. Otro es el caso de Leandra, cuyos enamorados lloran por su desdén y se han hecho fingidos pastores (emulando a los de la felice Arcadia).

In Arcadia, de Friedrich August von Kaulbach

Tras escapar con el soldado Vicente de la Roca, que la ha enamorado, es abandonada; y aunque no ha sido deshonrada, nadie le cree y ha de terminar sus días encerrada en un convento.

La hija de Diego de la Llana (protagonista de un episodio del Quijote de 1615, en el contexto de la ronda nocturna de Sancho en la Ínsula Barataria) tiene dieciséis años y es «hermosa como mil perlas» (p. 1029). Encerrada siempre en su casa, escapa vestida de varón para conocer el mundo; es una bella víctima del tedio que, según Américo Castro, encierra el germen de una madame Bovary. Y también en la Segunda Parte encontramos otra mujer «de armas tomar», Claudia Jerónima, la mujer vengativa que mata por celos a su amado.


[1] Reproduzco aquí, con ligeros retoques, el texto de Mariela Insúa Cereceda y Carlos Mata Induráin, El Quijote. Miguel de Cervantes [guía de lectura del Quijote], Pamplona, Cénlit Ediciones, 2006. Las citas del Quijote corresponden a la edición del Instituto Cervantes dirigida por Francisco Rico, Barcelona, Editorial Crítica, 1998.